Detrás de todo el asunto siempre hay algo que se esconde aún más, lejos de toda realidad, se convierten nuestros ojos en falsas perlas, consumen hacia adentro nuestro cerebro incapaz de reaccionar a todo sonido, desconsolada huyes a los pastizales que continúan asustándote y viajas hacia arriba y hacia abajo y hacia todos lados, permaneces inquieta en tanto espacio dado y sin ser fríos tus pasos se escuchan hasta donde está el calor mugroso de esta tierra, de fondo te preguntas muchas cosas que las respuestas las tiene el cielo, agua pasa entre tus pies. No puedo pensar con tanto ruido, creo que soy yo el que grita que ya no huyas, el que grita. Ahora sí puedo asustarme también con tanto polvo terco y humo, ahora sí puedo comenzar a estornudar una y otra vez, hasta de piel mudar. Estás en el camino correcto, mueves tu gran trasero lejos de aquí, mientras yo muevo el mío -no tan grande- no tan lejos. Resbalo por tu espalda inclinada y no sé frenar. Siempre estuviste confiando en tu caminar en serio, en maniobrar con los ojos cerrados, con la boca queriendo decir que me harás daño, al fin es todo mío el deseo de tu vida llevar hasta el final, ya encontré el resbaladero sin fin.
Ya te leí
Hace 6 años.
