Y si dudaste sobre si hoy es 31 de diciembre o si es fin de año lo cual da igual por razones lógicas e inecesarias de explicar. Fíjense en el calendario más cercano, ese que parece tarjeta de crédito, si quieren, o aquel que está en la pared del pasillo o en la cocina enseguida del refrigerador. Escalen por los números y por los meses, encontrando al fin algo así como: 31. A veces encerrado en un cuadrito como nosotros en este mundo, astronautas aventureros o como los depresivos en un cuarto escuchando su música poco monótona, bonita y tranquilizante, como droga pero sin correr peligro. Pero me he ido lejos, concluyamos con el tema inconcluso, solo se acaba el año, viene otro, muy bien, es un día normal, puedes cantar como lo haces siempre en la regadera o si lo deseas no bañarte, festejarlo pero si bien sucio, ¿no te conviene?, ¿quiéres ser el punto de atracción?... Entonces peinate diferente o cortate un brazo.
Como sea, ¿a quién se le ocurrió dividir la vida en segundos, minutos y horas, días, semanas y meses, años, décadas y siglos? Es algo batalloso, propongo que todos olvidemos que es fin de año y que solo habrá una fiesta común y corriente a la noche y nos daremos emotivos abrazos a las 12 am por razones extrañas, eso de los segundos y 12 uvas -sin semillas por favor-, no hay música buena, no sé bailar. Me muevo sin ritmo. Eso de la división, no lo entiendo, tal vez una señora dijo: "mira, se oscureció," y otra le dijo: "¿y eso?" a lo que responde: "no ché"... Con el tiempo el acento se fue a pasear y se unieron las palabras.
Como un río sonriéndote, tu reflejo ahí mismo, sonriéndote, eres tu. Reacción lenta, los ríos no tienen sonrisas. Sé que dirán que no tiene nada que ver esto pero qué sería de los ríos sin los años, esos años que los hicieron caudalosos. A veces hay cohetes de contrabando por supuesto, ¿qué sería de ellos sin el año nuevo? Y viene el final de el escrito y del año, estas pocas horas que quedan me dedicaré a mirar mi alrededor y ver que me falta, que tengo de más, mirar a veces dentro de mi también y pensar, pensar sobre lo que quiero del 2006, este año nuevo se aproxima, mientras estas letras terminan su trabajo conociendo sus ojos, hablandoles, estrenando dulzura y deseandoles lo mejor, un mejor año, un mejor todo.
Como sea, ¿a quién se le ocurrió dividir la vida en segundos, minutos y horas, días, semanas y meses, años, décadas y siglos? Es algo batalloso, propongo que todos olvidemos que es fin de año y que solo habrá una fiesta común y corriente a la noche y nos daremos emotivos abrazos a las 12 am por razones extrañas, eso de los segundos y 12 uvas -sin semillas por favor-, no hay música buena, no sé bailar. Me muevo sin ritmo. Eso de la división, no lo entiendo, tal vez una señora dijo: "mira, se oscureció," y otra le dijo: "¿y eso?" a lo que responde: "no ché"... Con el tiempo el acento se fue a pasear y se unieron las palabras.
Como un río sonriéndote, tu reflejo ahí mismo, sonriéndote, eres tu. Reacción lenta, los ríos no tienen sonrisas. Sé que dirán que no tiene nada que ver esto pero qué sería de los ríos sin los años, esos años que los hicieron caudalosos. A veces hay cohetes de contrabando por supuesto, ¿qué sería de ellos sin el año nuevo? Y viene el final de el escrito y del año, estas pocas horas que quedan me dedicaré a mirar mi alrededor y ver que me falta, que tengo de más, mirar a veces dentro de mi también y pensar, pensar sobre lo que quiero del 2006, este año nuevo se aproxima, mientras estas letras terminan su trabajo conociendo sus ojos, hablandoles, estrenando dulzura y deseandoles lo mejor, un mejor año, un mejor todo.