blogs que no leo pero que están bonitos

martes, septiembre 25

Ella

Ella comienza a matarme en el buen sentido, siempre está sonriendo y me hace reír, la quiero porque dice unas cosas que son otras y me miente y me pega cachetadas. Detrás del resplandor su sombra y aveces cruza por la puerta y me muerde el mentón con mi barba de un día. Me muestra un papel lleno de palabras que hacen un nudo en mi cuerpo que no he podido deshacer, me demuestra que es más de lo que esperaba, lo cual creía imposible. Ahora sin más ni menos, comienzo a verla mientras se ve en el espejo y creo que me ve de reojo cuando estoy escondido detrás de ella. Huele a algo que no sé qué es. La beso, me voy, duermo y con ella sueño, cuando de repente despierto ya la quiero ver para oír que me dice hoy, para ver sus ojos voltear hacia arriba, para verla, porque mi día no está completo sin ella, porque sin ella estoy enfermo por horas hasta que no siento el cuerpo y de muebles me sostengo, por fin caigo en un abismo y la imagino de mi mano, la dibujo en la pared, en mi casa me creen loco. ¿Por ella? Sí. Por estar sin ella loco por ella.

viernes, septiembre 21

tu vida susúrrame

Acabo de tocar la batería.
Ahora estoy sudando y estoy un poco cansado.
No me contesta.
Acabo de rascar mi nariz.
Mi hermano está usando el abanico y tengo calor, no sé qué hacer.
Estoy escribiendo, acabo de estornudar.
No importa si mi hermano no me dice salud.
No es que no me desee salud, es que yo no paro de estornudar.
Creo que la alergia ataca, no sé, el polvo.
Polvo, esas partículas que sobrevuelan mi espacio.
No sé, estaba yo respirando y se entrometen.
Polvo.
Tengo que bañarme y hacer muchas tareas.
Pero necesito que me detengan, que me hagan dejar de escribir todo esto.
¡Mi hermano acaba de bostezar, lo escuché!

domingo, septiembre 16

el vacío en su apogeo

Hay un lugar no muy lejos de aquí, donde la gente va cuando los sueños acaban. Su cara, para siempre brillo de luna, ¿dónde estás? No más memorias necesito consumir, todo está escrito, al fin, no es nada.

El vacío adentro, muy adentro.














Como se habrán dado cuenta: no tengo nada qué escribir; solo estoy jugando con las letras como un niño juega con los legos (no tiene que ser un niño, pero este niño en especial, es diminuto, aunque tiene unos ojotes) o como cuando las vacas comen pasto y lo procesan con sus cuatro estómagos y todo es tan complicado que termina el pasto en donde mismo, lo es todo. Digo, el vacío en su apogeo lo es todo. Tú. Nosotros, no sé. Algo, alguien, es que cuando te veo exploto o explota algo dentro de mi y siento que al caminar voy incorrecto y cambio el trayecto. Es solo que te sigo para ver como desvías mis ojos, uno para allá y otro para acá y así me gusta sentirlos: Desubicados, hasta llegar al punto en donde no sé donde estoy, pero sé que estoy y que soy feliz. El punto de apogeo. Y nada existe enseguida de ti. Es la verdad y resbalo por ella.

sábado, septiembre 15

sí, mira.

sí, mira, estaba oscuro y no tenía palabras en boca, solo en mente, no sabía cómo decirlo, cómo expresarlo, fue un suspiro detallado de un gran abrazo que terminó y continuó varias veces, besos después ya no sentía el corazón, solo sonreía, volaba, qué rayos.









deja un comentario, gracias a angie, besos.

sábado, septiembre 8

seguro

quisiera escribir como poeta
como una marioneta
que no surge de ideas
surge de poleas
que suben
bajan
interconectan
florecen
son como pequeños momentos
que se sienten como grandes
y no es momento de pensar
ahora debes acabar.

Y comenzar
finalmente atravesar
no sé qué porquería
y escuchar esa voz que lo dice todo
que no dice nada
que quiere decir que lo sabe
pero tiene ese miedo que
es único
¿no?

Momentos
bueno,
eso ya me lo han dicho
varias veces
y nunca les creo
será que soy un atrapado
por la niebla
por la mentira
por el brillo de unos ojos
que
ven
sed
en mi boca.

Mi boca que tiembla
y no sabe dejar de temblar,
tiene frío la pobre
o miedo.

viernes, septiembre 7

odio los viernes

Yo odio los viernes porque siempre todos son felices, siempre todos se van de fiesta y nadie está triste. Siempre en mis viernes las clases terminan temprano y todos me preguntan por qué estoy triste: Es porque es viernes. Los viernes me ponen triste. Eso es lo que les digo. Todos se olvidan de las tareas.

Los viernes solo llevo dos clases las cuales amo por ser las únicas, pero hoy no me dieron una de esas dos, lo cual me puso más triste de lo que ya estaba, porque es viernes. Los viernes siempre son divertidos para todos, pero para mi es una porquería de día, es el día en que saco la basura porque llego temprano de la escuela, y tengo que esperar al basurero porque es su día y darle la basura y un billete, y si no es el día del basurero, es el día que me molesta igual, porque es inhumano, es de fiestas y sonrisas.

Es de gente feliz, la cual no me gusta, es el día del optimismo, de la locura, de lo anormal. Porque es viernes, el día en que todos a la hora de salida corren para ver que alcanzan y se ponen ansiosos porque se meta el Sol por eso desde antes ya tienen las risas guardadas en la garganta, que pronto saldrán porque en la noche el gran compañero contará un gran chiste.

Hay otros que simplemente no pueden esperar y ya están más que drogados en el sofá, desde el día anterior. Toda la bola de bufones que si hay circo, van al circo porque es viernes y está más barato, pero qué mejor, es quincena y podemos comprar comida china, mariscos, todos a la mesa y a comer. Y todos con la sonrisa que es diaria, pero porque es viernes crece dos o tres centímetros. Y escuchan música y la bailan moviéndose como los locos que son.

Pero lo que más me molesta, son aquellos que se pegan a la computadora y se ponen a escribir como idiotas, como si supieran de la vida, por eso odio los viernes, porque por los viernes existen esos desesperados y por esos agravios existen aquellos como yo.