blogs que no leo pero que están bonitos

sábado, noviembre 17

angie

Envidienme, tengo una novia que es tan ruda, que se tatúa la lengua.

Acto 2.

No hay nada que actuar aquí.

tu : oxígeno

Que siento que me odias que por dentro nada está bien, los contratiempos, el tiempo, el destiempo. Las criaturas que mi mente dibuja, los tragos de saliva, que de repente doy. Los carros que nos quieren matar, los arboles que sombra dan. No es mas que postura natural. Criaturas místicas en vano. Suspiro y te respiro. Un poco más te respiro para sentir que vivo, porque así nomás no lo estoy, que necesito esa sustancia, esa medicina, esa potente tu. Esa atrayente mentira porque voy detrás de ti, mintiendo también.

Y son 30 segundos, te vuelvo a llamar, haces tus cabellos a un lado y te beso. Mi corazón. Qué sensación. Eres mi vida y se ama la vida. Sabes, no sé si me pueda morir algún día si sigues aquí. Envuelveme en tus brazos tibios, tus labios tibios, tus ojos tibios, tu piel tibia. No es más que amor, que da vida, sentido. Coherencia. Voltea a ver no sé qué que no sea yo, comprende que me mata tu mirada sin querer. Y otra vez, tu eres respirar. Porque es simple, eres vida y para vivir; te respiro.

martes, noviembre 13

Acto 1.

Disparejo corazón, que ataque, que bombón, explosión. Tengo arritmia, de la que rima porque es mía, comprimida, alcancía, no sé, sé que no es se, sino sé. Estoy en llamas porque me llamas, y el logotipo, todo es porque soy un tipo, que tipo que soy, como camarones y juego con cangrejos, se entierran en la arena, los atrapo con mi mano, que bien que hay luces en la orilla, que los barcos mordiscos llevan, de ballenas, de tiburones, de humanos congelados, canciones, mientras cortejo al cielo, tejes tu voz pero es atroz, todo esto, me resto, me sumo, asumo, consumo, te sumo, porque al fin un delfín me lo ha dicho, con su chirrido, maullido, de nuevo, tejiendo, mordiendo mi oreja, que esta que te asusta, esta aquí, un pez que quiere un trono, muy mono pero es pez, al revés, yo voy a descansar el resto del día. Mía, tía, espera. Qué tía. Mía. A la tía mía, es mía la tía. Solo rimo, timo, mimo, estimo, porque va, a dónde, quién sabe, he visto pasar un ave, que ve, hacia abajo ve, ve un poco las casas y ve, también un humano que lleva en si sueño, mientras con empeño cierra los ojos y cae. En el suelo, en la cama, el ave va al cielo. Patrullo, maullo, el humano se duerme y sueña que es tuyo, más de una vez mas, descansan juntos y se fuman solo un cigarro pensando que son dos y todavía no se acaba porque cierras tus ojos muy lentamente. Y le da hipo, pobrecito. Y esto no deberías de poder leerlo, no puedo ver las lineas, se escondieron, de mi, de ti, del mundo.

martes, noviembre 6

en plena vida

Qué hacer. Cómo hacer. Suspirar. El horizonte ya no se divisaba por ninguna de sus ventanas, todo el viento era azul y los labios congeniaban con la sed. Sed de día, bebí agua para calmar mi agonía, después rasqué un poco mi cabeza y estiré mi cuerpo para así caminar un poco, marearme y caer no sé donde.

No tenía opción, estaba amarrado a mi propio cabello que dulcemente coqueteaba con mi nariz que se dejaba, porque no se movía. Solo mis manos la ayudaban con sus uñas. Esas uñas que mis dientes ya no muerden ni nadan en mi estómago perdidas de entusiasmo. Esos dientes que ya no muerden las uñas por falta de preocupación, las cosas ya no son las mismas, ahora mis dientes son mis uñas, mis ojos son mi boca, mi nariz no respira más, porque no sabe.

Mis oídos son cabellos que no saben a dónde ir. Y el teléfono suena, porque el teléfono sí es teléfono. No es nadie, solo una persona. Y va y viene y va y no vuelve. Ahora cada gente que pasa voltea a ver mi casa oscura y clara. Es la luz de una lámpara que se asoma porque quiere ver y contar los carros que pasan.

Esa luz que alguna vez alumbró mi cama por una noche que miedo llevaba. Pero ya no; alguien había tocado la puerta esa vez pero solo un golpe detrás de otros y seguidos como en clave y yo sin poder abrir por tener las pestañas de punta. El cabello, el rostro de punta.

Y rascando un poco mi cabeza, otra vez, pensé en todo eso. Que me describía junto a mi, aquello que me rodeaba sin hacerme daño. Cuando comienzo a decir unas palabras que me hacen saturarme de lágrimas. Y esa canción se escucha sin querer.

¡No hay nadie!
Le grité adolorido.

El silencio me atacó una vez más. El gatillo ronroneó y dejó un eco que terminó al ocaso.
Como todos los días, mi sangre sabe a fierro y eso me estremece.

jueves, noviembre 1

voz es

me mata tu ausencia
tu ausencia me mata
y aunque es lo mismo
lo mismo es, aunque no sé,
ceno, pero qué ceno,
no estás
te vas
tu cuello que mis manos atrapan
se va
y ahora atrapo al viento que no me dice nada
solo sopla tu nombre
y se mete en mis ojos
en mis oídos
en mi boca
y me hace pensar
unas cosas
que se atreven a ser pensadas
y todo el tiempo que te veo
estoy loco
porque
me has dicho que tenemos los mismos gestos
me has dicho que tienes miedo
me has dicho
unas cosas
que se atreven a ser mencionadas
eliminas el silencio
porque el silencio es silencio
y aunque con tu voz es nada
yo lo escucho lejos
desde atrás de tu voz
necesito tu voz
para siempre tu voz
en mis oídos
susurrando tu vida
y haciéndome cosquillas.