blogs que no leo pero que están bonitos

lunes, diciembre 12

Lo único que faltó fue arena movediza.

No sé si sería posible contar mi día, interpretando cada momento con estas letras tan perfectas y comprensibles que lo abstracto se hace elástico y luego líquido que lo puedes beber como bebida tropical o tan solo derramarlo y después trapearlo. A lo que iba.

Comienza a las 12 am, cierto. 1 am, sigo en la computadora, pasemos ese largo trazo de día, 3 am, me voy a dormir, miren que me he desvelado, no hay problema. Se suponía iría al aeropuerto con Lorena a despedir a el amigo Javier. Vaya que mi itinerario se dificulta, me despierto a las 9.20 am -mamá, ¿qué ha pasado?-, me has olvidado en la cama como se olvidan los peces en la pecera, o tal vez si intentó despertarme pero soy de Sueño Pesado, es bravo despertar a la susodicha hora.

Me aviento a ver la hora, ¿en qué estaba pensando? Tal vez en el clima del planeta Marte o Saturno, porqué no. Me siento en el sillón y toda mi familia va frecuentando los carros y se largan, lejos de ahí (sillón) y quedó completamente -si es que no hay alguien por ahí- solo. Subo a la computadora y dejo un ocurrente Mensaje personal el cual decía: Lorena, mensaje urgente. -_-. Ahora bien, observemos que observemos no lleva acento, también observemos que en el Mensaje personal se encuentra la cara de dormido que en realidad traía. Dejé mi sesión en ausente y corrí al baño. Me di lo que algunos llaman: un baño, u otros: un regaderazo, y porqué ignorarlos: un shower. Sin entrecomillar me cambié, peiné y subí de nuevo a ver si mi Mensaje personal había funcionado, y vaya que sí, Lorena había mandado su esperado mensaje y yo leí con gusto, platicamos ya que ella seguía ahí en un estado que mentía: No disponible.

Me dice que me debería de haber levantado más temprano, cosas así. Ella, ella ya se iba, yo, yo no, al menos con ella no. Está bien, camino hasta el boulevard Navarrete y encuentro una parada de camión que desconocía. Me preguntaba si pasaría el camión necesitado, esperado, por ahí, mira que le marco a Javier y le digo que si dónde está a lo que contesta que va rumbo a el aeropuerto de Hermosillo, mi ciudad, si. Me he dado cuenta de que tengo tiempo aún. Surge una plática por ahí, con un esperante, igual que yo:

Yo, René: Disculpe, ¿qué camión espera?
Señor, no sé el nombre: El multi rutas o la 1.
Yo: Y la 1, ¿te lleva al aeropuerto?
Señor: Si, nomás que de aquel lado del Navarrete.
Yo: Bueno, gracias.

Cruzo el famoso boulevard y llego a su otro extremo, su otra orilla, su otro sentido, su otro todo. Me pierdo entre las plantas y al salir camino a algún lugar adecuado para esperar el camión. En frente de una escuela -la cual no mencionaré para no agobiar a alumnos e interesados en acudir a ella para felicitar a alguna maestra, etcétera- me encuentro, sentado, leyendo Para escuchar con audífonos de Julio Cortázar, pequeña anécdota que se encuentra en el libro "Salvo el crepúsculo" de ya saben que autor.

A los estúpidos niños se les va la pelota con la que jugaban alegremente, no sé si foot ball o volley ball, lo que sea, se les fue. Estaba tan lejos que no les hice el favor, seguía leyendo. Me gritaban: "¡Señor, el de negro, la pelota!". Analicemos esta parte.

1era. No soy Señor, tengo 16 años bien vividos, por Dios, por Buda o por quien sea.
2da. La pelota era horrible, no sé para que la querían de vuelta, era blanca y estaba ponchadita, no sé como llegó tan lejos.
3era. Andaba vestido de gris.

En parte sirvió no ayudarles porque unas bellas chicas bajaron del auto y ayudaron, su buena causa según ellas, "extraña belleza que pasea", las he llegado a nombrar, cautivé mis ojos hasta que se fueron. Creo que una me aventó una sonrisa. Repito: Creo.

Oía no se que cosas, cosas que me hicieron llamarle de nuevo a Javier y decirle que no iría, que lo veo luego, que le fuera bien, que no pasó el camión y un etcétera para ustedes. Caminé más aún siguiendo el camino dado, construido, armado, curveado, en sentido contrario, no me preocupaba lo feo que se escuchara/leyera (cualquiera de los casos) ya que no es cuestión de infracción u otra estupidez que se relacione con lo antes mencionado, extremadamente seguro de que iba a pie. Sigo con lo mío y en el transcurso me encuentro con Sergio, un ex vecino. Platicamos y me dice que si que leo, le digo que Julio Cortázar, me dice que leyó hace poco Rayuela, un gran libro, que tengo grandes ganas de leer, con mis grandes ojos, de autor inconfundible. Da vuelta y se aleja. Yo sigo derecho, Sergio no.

Me introduzco sin pena en Olympus coffee donde pido un chocolate mediano. Mientras lo bebo, leo, creo que es ahí donde concentro mi mente en el libro más que cuando estoy en una parada de camión o en la escuela. Salgo después de leer lo que considero adecuado para una ida al café, lo que sería coffee en español, obviamente he pagado mi sabroso chocolate.

Camino hacia un parque muy cercano a la casa de Lorena, sin la preocupación de que he dejado mis chocolates en el refrigerador. Ya en el parque marco con Lorena y no está, me ahorro la ida a su casa, aunque la lejanía sea tan corta; por primera vez. Estoy en el parque aproximadamente 45 minutos paseando, columpios y ascensores que imagino me ayudan. Como a los 20 minutos de mi estancia en él, llega en una bicicleta un -no sé exactamente como llamarle a su trabajo pero digámosle- entregador de fotos, muy saludador el amigo, comenzamos a platicar, el no veía con un ojo, me platica que por cada foto que vende le dan 5 pesos, y él, satisfecho, eructa un poco más de su vida. Amarga pero agradable y para nada aburrida charla, se despide dándome la mano de manera demasiado amigable dice: "José, mucho gusto". Le aprieto su sudada mano diciendo ni más ni menos que mi nombre y apellido. Ese señor me hizo pensar. Se va. Me voy.

Decido ir con Mónica, vive algo cerca. Camino y paso por alphagraphics para saludar a Fidel, mejor conocido como Fid, lo cual se me hace innecesario ya que solo se voltea su nombre si le pones pronombre, pero igual, me agrada cortar nombres, así que olviden lo de "innecesario" y llamémosle "necesariamente igual", aunque no sé si entiendan mi idea pero como les estaba contando, lo saludé, rápidamente.

Al pasar por Olympus coffee, si de nuevo, de nuevo de nuevo, encontré a Anabel y Eric, los acompañé mientras se tomaban su café o chocolate, lo que haya sido, se lo terminaron sin antes platicar conmigo por escasos 10 minutos, si mis cuentas no fallan. Calculadora: Pocas baterías. Ya sin ellos caminé hasta la casa de Mónica, una amiga que conocí hace poco. Llego y me abren y me dicen que no está. Espero en el parque más cercano leyendo De edades y tiempos, categoría del libro. Después llega y platicamos, caminamos, comemos, saltamos, reímos y un sin fin de cosas más. Tiene que bailar y me voy entonces.

Llego a casa, me alimento, es tarde, 4.30 pm, el reloj no me ha mentido. Subo y comienzo a escribir. Que tragedia.

5 comentarios:

Onett dijo...

está curado tu blog.
aunque a mi gusto , escribir tanliteralmente no me llama la atención.
también , todos hemos mentido sobre nuestro estado en el msn messenger.
muy buen post (y)

Anónimo dijo...

jajajajja
de hecho había arena movediza en el baldio ese con la reja negra abierta pero cuando saltamos la saltamos también. Creo. Que no. xD

super kul el día. en mi humilde opinión. y si tienes otra te suicido. jajajaj. ntc (:

cuidate rene luna
=*
el beso no se borró..se pintó color piel.. ;) atte. monika

Anónimo dijo...

jajaja
me entretuve leyendo tu post.

¿Has crecido?, no te veo desde el Domingo.

saludos, y un abrazo né.

Anónimo dijo...

bestia....toda una aventura
para k no llegaras al aeropuerto...u_u
rayos
nimodo
saludos cute
cuidate
sige aventurandote
jaja
wopo
adiossssssssssss

Anónimo dijo...

olaa rené! jaja me da risa toda la aventura que tuviste ^^ chocoaventuras de rené.