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sábado, septiembre 10

Ella y él.

Se conservaba bien, me refiero a su figura, la mujer no se encontraba para nada en su peor situación. Conoció a un tipo que le ofrecía drogas y otras cosas que ella no podía conocer. Saltaba de la cama y se miraba en el espejo confundido. Ella, confundida le veía la espalda chueca. No sabrían conocerse. Él, estaba enamoradísimo.

Nunca se encontraron en el sitio adecuado. Cuando había mucha gente cada uno de ellos se perdía entre la multitud, entre los amigos y las bromas. A veces no podías respirar y se buscaban poco decididos a encontrarse.

Un día, él la llamó a su trabajo, le contó que quería conocerla. Ella colgó y apagó su teléfono. Para él habría sido el peor error de su vida pero ella creía que había hecho lo correcto. Pensó que incomunicarse sería lo correcto.

Él compraba unos cigarros y salía al estacionamiento, veía su carro vacío. Ni el humo lo acompañaría en ese lugar, pues no se puede fumar. Ella estaba en la casa de un amigo confundiéndose aún más, entre humo y otras cosas.

A él se le complica escribirle cada vez más y más cartas de amor. Ella las recibe y con indiferencia las entrega a la basura, las quema de sus pensamientos. Ellas las lee muy detenidamente pero no es algo que pueda encontrar después en su escritorio. Él no sabe lo que sucede con sus textos.

Se conocen pero no hay un parque ni una situación acertada. Lejos de ser algo se convierten en un ir y venir de pensamientos. Los dos se miran casi bien informados, desde entonces, ella pestañea diferente y él camina con un paso veloz hacia ella, como viéndola escapar.

De entonces para acá, ella se ha convertido en alguien. Alguien. Él no la conoce, ella se conoce pero no es real. Él se desconoce a sí mismo. Los dos son una sincronía extraña que debe suceder. Hay algo que hace que aquello suceda o no suceda. Los ojos donde mismo, las bocas unidas.

Desde luego, ella se encuentra en el estado ideal. Él, creo que hay un espejo, creo que hay una temperatura ideal. Ella se ha escapado por algún oído, se ha escapado por que no encuentra la verdadera salida. Él no conoce lo que le rodea. Es un círculo.

Ella y él están allí, consumiendo algunas ideas, viviendo las cosas inapropiadas. Él las vive. Ella no sé.

2 comentarios:

Caro. dijo...

René, me gustó mucho este texto. No sé cuándo lo escribiste, no tengo idea si verás este comentario, pero lo cierto es que me ha parecido muy sincero, locuaz, un poco menos surreal que lo que acostumbras y, en sí, real y maravilloso.

Caro. dijo...
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