Después de todo.. El examen fue agradable, con buena marca de hojas milimétricas me dispuse a contestar adecuadamente para no cometer errores hipocondriacos, etcéteras ni disfrazarlos con resultados correctos y procedimiento extraño. El profesor divisaba los mesabancos desocupados mientras creaba las listas de lo que sería el 3er parcial inadecuado, con parábolas con cáncer y palomas felices de catedral.
El lápiz conocía al papel y a la regla, era como una gran fiesta de disfraces; algunos por ahí con disfraces que completan el juego geométrico, el compás -¿el compás?- no vino. No lo invitaron, véase ejercicio 4 y 5. Con dolores de estómago corregía el ejercicio 1 ya que la comprobación lo dice todo.
En variadas ocaciones utilicé el borrador, mocos salían de mi naríz, una llamada perdida en el celular, con sabor a menta.. Ojos disparejos para más atención y un 8 o tal vez un 9 en mi examen, por consiguiente en mi boleta; una sonrisa en cara de mi madre, un billete en manos de mi padre..
lunes, octubre 31
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