lo demás es lo demás

Ya no tengo voz, no tengo palabra, no tengo idea de lo que en mi cuerpo cosquillea, esa lágrima que baja y no sube, que cae lento. Pronto, batallas inconsolables, detrás un cuerpo que te mira, impuro, macabro desde adentro con ideas de ternuras poco complacientes, caricias y cosas que no se saben, pero siempre desde adentro un último suspiro que no sabe decir mucho, no sabe decir nada, no sabe suspirar, porque pronto, paralelo a nosotros un abismo encontramos. Y es ahí cuando el corazón y el cerebro quedan incomunicados, el pensamiento es nulo, los cuerpos flotando sin más ni menos. Unas palabras vagas, tal vez cierres los ojos, ya no puedo hablar y siento, te siento cerca, siento como cada uno de tus vellos viola mis poros. Siendo esta la caída, lenta pero al fin caída, nos envolvemos en un mar de recuerdos y así, se concentra todo sentido, un mar de preguntas, me estremezco, no es cosa nuestra. Miro que miro el espejo y tu demuestras que completas mi reflejo porque estás ahí, esperando no sé qué cosas. Ahora si suspiro, antes era pura broma, ahora si es verdad, esto es más que verdad, es realidad pura, infinita y se siente bien, se siente tu vida contra la mía. Te hago reír. De pronto, te sientas a mi lado y es aquello que me aplasta, que me hace callar. Te asusta y me asusta mi silencio y ni para qué gritar, el silencio escapa en cuanto propagas tu mirada, lo demás es lo demás y lo demás es lo que de pronto, otra vez me hace callar. El sonido está cayendo, lento contra nosotros, nos abraza, nos mira mordernos, qué va, comeme ya, ahora, en este mismo instante, sin pensarlo, poco a poco, acabame.