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jueves, enero 24

de veneno

Tengo la ligera impresión de que la vida es tan corta, de que no me alcanza un segundo. Que se me acaba rápidamente el día, las horas. Trago saliva para ver si aguanto un poco más esta sensación y me duele, la garganta se estrangula por si sola y hace nudos. El sonido cae, el sonido de la garganta entrelazándose es inherte, se le atribuye a los cuerpos repletos de sangre que se envuelven como masas cualesquiera y se oye un último chillido de voces vagas, que no sanan, que no están aquí. Las risas son violadas por la soledad del espacio, otra vez trago saliva y la sensación se percibe lentamente lejana a mi ser, comprendo que el tiempo me ha ayudado, pues pasa rápido, mis horas son minutos, mis minutos son segundos y no sé ya respirar. Por fin nace la incertidumbre entre tus ojos, la vida misma se constituye a perderse de la sed de todos, se arma planes malditos contra nosotros que pasamos por su suelo, por los montones de cuerpos que esta junta, y en su suelo, acomoda. Los seres inhumanos comprensivos son los que se ríen de nosotros, no entendemos la verdad, el arte aquí es mentir y no sufrir. Y ese golpeteo continúa después de un largo lapso, recaigo en los brazos del viento y me evade. Campanas, dulces campanas que me hacen despertar como de varios sueños que he unido, los cuerpos se lanzan sobre mí, me pierdo y me convierto en ellos, ahora soy pintura, soy mármol, soy estampillas. Mi vida es todo, todo es lo que vivo, que vivo todo lo que es vida. Mis labios están resecos, tengo solo un poco de sueño después de varios años sin dormir, mis pies se mueven solos, estoy como flotando en la sangre pura de todos aquellos. Quisiera ser tu mente, tu pensar, tu fría realidad y así conseguir que me pienses, hora tras hora (minuto tras minuto), minuto tras minuto (segundo tras segundo). Y ya lo he dicho, no sé pensar, no sé vivir la realidad de la mentira, la mentira en la mera realidad de ser, de sentir, de sufrir. Mi corazón late, lento pero late, con fuerza hacia mí. Lo veo venir. Mi corazón late fuera de mi y lo veo, se acerca. Late con fuerza. Lo agarro y lo aprieto y entre mis dedos pasa en 4 tiras que se van alargando. Eso es sentir porque lo siento, me siento. Siento mi corazón en mi mano latir, sufrir, partir, irse a tu lado. Lejos de mi, ya no le imploro volver, es hora de que el tiempo sea lento, para parpadear y sentir los párpados recorrer los ojos con una lentitud tan clara que me hace sollozar. Suspiro y mi corazón, mi corazón no sé dónde está. Cuidalo.

2 comentarios:

Jícama dijo...

se plasmo la imagen de una masa roja largandose entre tus dedos, hasta irse, asi como lo describes.

Pienso que tampoco se vivir la realidad de la mentira, me es imposible, lo considero algo bueno, la sinceridad te empuja a los aislado, pero es asi, cuando empiezas a encontrar personas aisladas y juntas recorren la vida, aislados.
La mentira te llena de gente, no hay personalizacion, la mentira te llena de gente hipocrita que pone buena cara para agradarle a los demas que tambien forzan sus caras.

Tu corazon, si no esta contigo, esta con todos, que lindo que lo compartes. (puedo tomar la rebanada mas grande?)

te amo

Anónimo dijo...

está bien largo O_O
..
se feliz René.

atte. atenas