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domingo, agosto 26

el hombre de los gatos

Cuando no había comida, él los atendía, con una edad elevada y columna desviada. Eran todos unas gatos fuertes y sanos, podían correr, caminar, comer, saltar, jugar con el estambre sin problema alguno, eran los gatos mejor cuidados existentes. Todo gracias a unos ojos tristes detrás de unos cristales que ya no ayudan a ver, son solo para dar la imagen de lo que es un anciano, esos anteojos vagos y recaídos sobre la nariz, una y otra vez este hombre los levanta hasta el borde de la nariz con su dedo arrugado para que después de unos segundos volviesen a resbalar.

Y así, con el dedo arrugado, los ojos tristes y una mesedora, sobrevivía el hombre de los gatos. Los gatos, a su vez pensaban en lo poco de vida que le quedaba a aquella máquina de amor para felinos, tenían que pensar en algo más que la muerte, algo sublime y tentador, algo que los gatos no piensan pero que estos gatos tenían que pensar porque ya no estarían sanos y fuertes entonces, entonces hicieron una reunión en el cuarto alejado de la sala para no escuchar el leve volumen de la televisión que veía el viejo (esto siempre lo hacía dormir entonces no escuchaba que los gatos se maullaban comunicándose).

En la reunión, todos se miraban y se lamían de vez en cuando el pelaje oscuro y tosían y escupían bolas de pelo bien formadas. El gato mayor, el que todos siempre admiran, pide atención con un maullido largo y constante, molesto y digno de respetar, era el maullido único, después dice: Miau, miau, tenemos que pensar en algo, miau, para que este hombre, miau, que nos cuida y acaricia, miau, no muera pronto, miau. Entonces los gatos se estremecen hasta que uno opina: Yo soy un gato muy, miau, miau, bonito, miau, tengo que seguir así, opino, miau, que el hombre nunca muera, miau. Tenemos, miau, miau, que hacerlo inmortal, miau.

Algunos ríen: Miau, ja, miau, ja.

Otros lo toman muy en serio y van a beber agua, porque al oír eso comienzan a sudar a raudales.

-¡Entonces, miau, tenemos que, miau, averiguar la manera, miau, de hacerlo inmortal, miau!- Dice el gato mayor subiendo el pecho. Todos se asustan y temen a la vez de sus vidas y de la de su dueño. Comprenden que la tarea no es fácil, pero es necesaria.

-¡Vamos, miau, a hacer de este hombre, miau, el hombre que nos cuide, miau, para siempre, miau!- Dice Abelardo, el gato más joven. Dos lo voltean a ver y después se miran a sí mismos y dicen: ¡Hurra, miau!, entonces aplauden con sus patitas y comienzan a rasgar el tapiz porque están ansiosos. Ansiosos por encontrar la cura a la enfermedad de todos, la enfermedad mortífera. Obviamente la cura era la vida, pero cómo hacer que la vida durase muchas vidas.

Algunos gatos, matemáticos, multiplicaban sus propias vidas por las de los humanos y las elevaban en cantidades sorprendentes que parecía que el hombre nunca moriría, pero siempre los años se acababan y se confundían y volvían a empezar las cuentas.

Otros gatos, usaban la lógica, pensaban en que el hombre podía vivir todo lo que quisiera mientras no quisiera morir, pero bueno, decían, quién quiere morir, y empezaban una serie de contradicciones que los hacía comenzar de cero otra vez. Y así varias horas estuvieron los gatos, sin respuestas, leyendo libros, viendo la suciedad de la casa, probando cosas nuevas, dejaron de comer y hasta de imprevisto se ponían a ver la televisión, para ver si habían avanzado los humanos al menos un poco.

Pero no había respuesta, algunos comenzaban a resignarse y se dormían, cansados de tanto pensar, otros seguían de ansiosos rompiendo el tapiz y unos más perseverantes consultaban enciclopedias impresionantemente grandes. De repente, de costado, cae Colitas, un gato que siempre comió a deshora y fumaba con ritmo, le ha dado un dolor tremendo de cabeza y todos lo ayudan a reponerse, otros más tienen ataques de nervios porque Colitas no se recupera.

Mientras, al fondo, en un rincón oscuro iluminado por una simple vela que se derrite constante, se ven los bigotes parpadeantes de un gato proyectados en el tapiz deshecho, está viendo una revista vieja, la lee detenidamente con unos ojos bien metidos en los párpados, y con la lengua de fuera como burlándose de lo que lee, en eso, se le saltan los ojos porque ha visto algo que lo ha complacido, algo que lo ha convencido de poder ser la cura, el dato complaciente que no encontraban. Llama con cuidado a todos los gatos, unos arrastran a Colitas que todavía puede fijar su atención un poco. Ha oscurecido y el gato convencido, muestra a la luz de la vela y de la Luna la revista.

Colitas al fin se desmaya, algunos no pudieron contener la felicidad y gritaron, maullaron y sentían cosquillas en el lomo, en todo el cuerpo. -¡Esta es, miau, la mejor aportación, miau, del día!- Dice el gato mayor, pero aún lúcido. Todos estudian la imagen, y ven en ella ilusión y vida eterna.

Colitas esta que se muere, pero a nadie le importa, están felices de que le darán la inmortalidad a su dueño, al hombre del sillón que ve la televisión en bajo volumen. Colitas reacciona de repente, siente un escalofrío, es el abanico detrás de él, entonces se arrastra un poco y logra pararse y salir del festejo gatuno. Va por el pasillo, tambaleándose, no encuentra luz alguna que lo guíe. Aún se escuchan los maullidos que atormentan su cabeza, casi se cae pero no lo hace porque divisa algo, es una luz, es la televisión que aún sigue prendida, decide ir a acostarse en las piernas del hombre para ahí, irrelevante, caer hasta el siguiente día, sube a la orilla del sillón y después se recuesta en los muslos unidos y añejados del señor que, normalmente, hubiese reaccionado por esta acción de Colitas. Colitas no sabe qué pasa, voltea y ve que tiene la boca abierta, él suele roncar pero no lo hace, se sube por el respaldo del sillón y le lame un cachete, luego el otro, como si lo estuviese bañando, le tira de un cabezaso la boina y le ve la calvicie.

La televisión se apaga, se ha ido la luz, se escuchan los maullidos todavía, el hombre ha dejado de respirar y Colitas esta dormido en sus piernas. Colitas sueña.

2 comentarios:

Pustule. dijo...

Está miau, muy miau, bonito miau meow miau jdhasjkd. :)

Jícama dijo...

:(
esta tristeeeeeee
y el nombre colitas esta bien tierno

bueno pues =)
graciiasss muchas gracias por los saludos d fotolog :0) no te pude saludar por ahi pq no staba disponible el comentariense ¬¬

bueno
:*
saludines *0*